Miguel Ángel Granados Chapa
El estado de Puebla padece un Gobierno inescrupuloso por dondequiera que se le vea. La más reciente de las proezas de su gobernador Mario Marín haría reír de no ser por su gravedad intrínseca y lo que significa. Con un discurso ampuloso, lleno de lugares comunes, el ‘Gober Precioso’ despachó 15 vehículos con destino a todos los municipios poblanos. Se presumía que cargaban libros y otros materiales para la educación de casi dos millones de escolares. Pero los vehículos estaban vacíos. Fue sólo un montaje para el lucimiento del Ejecutivo local. (Reforma, 12 de agosto).
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