Apenas el jueves 29 la doctora Denise Dresser preguntó a los senadores si gobernaban ellos o Ricardo Salinas Pliego, y dos días después tuvimos una respuesta que ya conocíamos: quedó confirmado que el poder radica en TV Azteca, y en Televisa. El sábado y el domingo las integrantes del duopolio de la televisión abierta manipularon mensajes electorales con la intención no declarada pero transparente de defender sus intereses y malquistar a su público con el IFE y los partidos políticos.
En vez de presentarlos en los minutos previos a los partidos de futbol, o en los intermedios, o al concluir cada juego, las televisoras acumularon spots o promocionales (¡vaya dilema: ni cuál escoger entre esas palabrejas!) y, precedidos por comentarios de los locutores y la leyenda que atribuía la interrupción a “órdenes” del IFE, y asestaron mensajes políticos durante varios minutos a públicos ganosos de ver futbol, soccer o americano, que muy probablemente los recibieron en el mejor de los casos resignadamente, si no es que irritados por la intromisión.
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