Indice Político/Francisco Rodríguez
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Refrán popular
Dispara balas oratorias calibre .50. Rata-ta-ta-ta-ta-tá. Pero, pierda usted cuidado: son de salva. Ni siquiera hieren a quienes apunta como víctimas. Más frecuentemente de lo que él quisiera, colérico, él mismo se enreda con las cananas o cartucheras. Tropieza verbalmente. Se cae.
Le han llamado “golpeador”. Pero no. No se lastimaría las manos con las que interpreta a Mozart en el piano. En realidad es un sicario. Palabreja de moda, aunque su origen remonte a las épocas del Imperio Romano. Define a quien mata por encargo, a cambio de dinero, posición o posesiones. Etimológicamente, proviene de sica: puñal o daga pequeña, para quienes dominan los latinajos. Literalmente, dice
Ha disparado en contra de Marcelo Ebrard, porque no quiere tomarse la foto con quien le encarga las sucias tareas, el señor Felipe Calderón. Ebrard sigue “vivito y coleando”.
También contra Zhenli Ye Gon, quien lo acusó de amenazarlo con el ya clásico “coopelas o cuello”. Y el chino-mexicano sigue ganando batallas en juzgados estadounidenses.
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