martes, 30 de septiembre de 2008

Documental - Hacking Democracy - Pirateando la Democracia. Trampas de primer mundo


Máquinas de votación electrónica cuentan el 87% de los votos emitidos en Estado Unidos en la actualidad. ¿Pero son fiables? ¿Están a salvo de la manipulación? Desde el punto de vista de los persistentes informes de prensa no, ya que sugieren el uso indebido de datos e incluso fraude en las elecciones, la preocupación por la integridad del voto electrónico están creciendo día a día. Si el proceso de votación no es seguro, tampoco lo es la democracia La oportuna cautela de este documental expone enorme agujeros en la seguridad de EUA del sistema de votación electrónica.

En las elecciones presidenciales de 2000, una máquina de votación electrónica registró menos 16022 votos para Al Gore en el Condado Volusia, Florida. Aunque el fraude nunca fue probado, los defectos advertidos por el recuento hecho por ordenador, científicos, políticos y todos los ciudadanos son conscientes de la posibilidad muy real de la piratería informática durante las elecciones .

En 2002, en Seattle, la escritora Bev Harris pidió a los funcionarios de su condado por qué había adquirido los sistemas electrónicos de pantalla táctil para su elección. Insatisfecha con su explicación, decidió obtener más información sobre las máquinas de votación electrónica por su cuenta. En el curso de sus investigaciones, descubrió cientos de denuncias de incidentes de voto, Harris tropezó a través de una "biblioteca online" de la Diebold Corporation, con un tesoro de información sobre el interior de funcionamiento de la empresa del sistema de votación.

Harris comunico esta propiedad "secreta" de la información a expertos en seguridad informática, como el doctor Avi Rubin de la Universidad Johns Hopkins, que determinó que el software carecía de las características de seguridad necesarias para evitar la manipulación. Su investigación posterior la llevó a los cubos de basura de Texas a la secretaria de estado de California y finalmente a Florida, donde un "mini-elección" para probar la vulnerabilidad de las tarjetas de memoria utilizadas en la votación electrónica produjo resultados alarmantes.

Como el alcance de su misión creció, Harris se basó en la experiencia de otros expertos científicos, políticos y activistas, entre ellos: Andy Stephenson, candidato a secretario de estado en el estado de Washington; Susan Bernecker, candidato republicano en Nueva Orleans, Kathleen Wynne , Un activista de Cleveland; Dr Herbert Thompson, estratega jefe de seguridad, la seguridad de Innovación, Inc; Ion Sancho, supervisor de elecciones de Leon County, Florida, y Harri Hursti, un analista de seguridad. David Dill, profesor de ciencias de la computación en Stanford, dice que el problema es que hay "un montón de gente involucrada en la escritura de software, y mucha gente que podría haber tocado el software antes de que entró en esa máquina. Si una de esas personas pudo poner algo malicioso en el software y despues ser distribuido a todas las máquinas, despues de que una persona puede ser responsable de modificar decenas de miles de votos, tal vez, incluso cientos de miles, en todo el país. "

En la Florida, el Condado de León supervisor de elecciones Ion Sancho presidió un juicio "mini-elección" para ver si la votación podría ser hackeado sin ser detectado. Antes de que los votos fueron emitidos, el analista de computadoras Harri Hursti hablo de la posibilidad de "relleno de las urnas" de votos antes de entrar la tarjeta de memoria en el ordenador . Después de los votos emitidos, los resultados que aparecen en pantalla cuando la misma tarjeta de memoria se inscribió en el programa de tabulación central indicó que el fraude fue posible. . En otras palabras, de acceder a una tarjeta de memoria antes de una elección, alguien podría cambiar los resultados - una reclamación Diebold había negado era posible.

En última instancia, Bev Harris investigación demostró que la parte superior de sistemas computadorizados secretos de contar los votos en América durante las elecciones no solo no son sólo falibles, sino también vulnerables a la piratería indetectable, desde el local del consejo escolar se opone a la carrera presidencial. Con las máquinas de votación electrónica de tres empresas - Diebold, ES & S y Sequoia - colectivamente responsables de alrededor del 80 por ciento de los votos de América del hoy, el juego de la democracia son altos.


Dirección: Simon Ardizzone, Russell Michaels

Producción: Simon Ardizzone, Russell Michaels, Robert Carrillo Cohen

Personajes: Bev Harris, Kathleen Wynne, Andy Stephenson, Harri Hursti, Herbert Hugh Thompson Ion Sancho

Año: 2006

Duración: 82 minutes

Idioma: Ingles con subtítulos en Español

Productora: HBO




Homero Simpson lo sabe bien...

lunes, 29 de septiembre de 2008

Narcoterrorismo en México

IFE: multas discutibles


Plaza Pública/Miguel Angel Granados Chapa


En sesión extraordinaria, el Consejo General del IFE dará hoy por concluida su intervención en el proceso electoral de 2006, cerrado desde la perspectiva constitucional el 5 de septiembre de ese año, cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, calificó lo comicios y declaró Presidente electo a Felipe Calderón.


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sábado, 27 de septiembre de 2008

El mayor secreto/David Icke


Para entender mejor lo que está pasando ahora en Estados Unidos con el mayor desastre financiero en su historia.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Raúl Carrancá y Rivas y Alejandro Gertz Manero hablan de (in) seguridad pública, el tema de moda

Un influyente sector se manifiesta


Memorándum para el Sr. Presidente

Denise Dresser

Proceso 1664, página 60


Sr. Presidente: He escuchado con atención la convocatoria que ha hecho a todos los mexicanos en esta hora crítica. Lo vi allí parado, al pie de la columna del Ángel de la Independencia, hablando con vehemencia. Reclamándonos, exhortándonos, exigiéndonos. Cito sus palabras: "La Patria exige la unidad nacional. Unidad que supone apoyar la tarea del Estado para hacer frente a los criminales". Y pensé: Tiene razón pero poca credibilidad para exigir lo que exige. Tiene razón en convocar a los ciudadanos, pero pocos motivos para esperar que confíen en él o en su gobierno. Tiene razón, pero pocos recursos para convencer a los demás. Porque, con demasiada frecuencia en los últimos meses, el Presidente de la República no ha sabido cómo serlo; ha cedido poder en lugar de conquistarlo; ha ido perdiendo la dosis de autoridad que ganó en el primer año; ha tomado decisiones equivocadas o ha eludido las que le correspondían. Por ello, hoy que pide una gran alianza entre el Estado y la sociedad descubre cuán solo está.

Usted, Sr. Presidente, se fue quedando solo vis a vis con la ciudadanía que decidió darle el beneficio de la duda cuando, en lugar de exigir la renuncia de Juan Camilo Mouriño ante el evidente conflicto de interés en que había incurrido, decidió mantenerlo a toda costa. Usted y su equipo argumentaron que su renuncia habría sido equivalente a una claudicación ante AMLO, y que en realidad no había violado la ley. Usaron el argumento de la legalidad para ignorar el imperativo de la confianza ciudadana en la limpieza del gobierno. Ignoraron el reclamo de la sociedad debido a una pugna política, y con ello pusieron en entredicho la posibilidad de una reforma energética que no beneficiara a los mismos de siempre. A partir de ese momento, Sr. Presidente, usted ya no tenía autoridad moral para hablar de "limpiar la casa". Para proteger a su amigo, a su aliado, a su hombre de confianza, sacrificó la oportunidad de sacudirla y mostrarle a la sociedad que había tenido el valor de hacerlo. Y ahora, después de eso, ¿nos pide que le ayudemos?

Usted, Sr. Presidente, se fue quedando solo cuando, luego de enfrentar a las televisoras a través de la reforma electoral que debilitaba su poder de chantaje, decidió que -después de todo- era mejor aliarse con ellas. En lugar de coger la bandeja de plata que la Suprema Corte le envió al declarar inconstitucional la Ley Televisa, usted y su gobierno decidieron guardarla en un cajón. En vez de armar una nueva ley de medios con la capacidad de democratizar y desconcentrar un sector clave para la evolución democrática del país, usted decidió posponerla para mejores tiempos que nunca llegaron. Y luego, con un manotazo, usted exigió la salida de Santiago Creel por su mala relación con esos poderes que han llegado incluso a borrarlo de la pantalla. Demostró con ello que en lugar de domesticar a los poderes de facto, había optado por la convivencia convenenciera con ellos. Usted lo reconfirmó al anunciar las concesiones de radio FM para los propietarios de AM, guiado por los mismos criterios discrecionales y electorales que caracterizaron a los gobiernos del PRI. Y ahora, después de eso, ¿nos exige que lo apoyemos?

Usted, Sr. Presidente, se fue quedando solo cuando empezó a negociar con lo peor del PRI, y de tan mala manera. La negociación con la tercera fuerza de oposición en el Congreso no tiene nada de malo per se. Es requisito indispensable en una democracia presidencial dividida donde el partido gobernante no tiene mayoría. Pero usted ha permitido que hoy esa tercera fuerza se comporte y gobierne como si fuera la primera. A cambio ha obtenido algunas reformas que apuntan en la dirección correcta pero que están muy lejos de resolver los problemas fundamentales del país. Ha cedido demasiado sin obtener lo suficiente de vuelta. Ha otorgado una cantidad creciente de recursos a los gobernadores sin exigir la vigilancia sobre ellos. Ha aceptado los tiempos y los términos y las condiciones de Manlio Fabio Beltrones en casi todo momento. Ha permitido que esa oposición semi-leal le ate las manos mientras le propina golpes. Si no me cree, recuerde cómo el senador Beltrones le da una patada al gobierno cada tercer día y nadie desde allí le dice ¡zape! Usted y los suyos guardan silencio en aras de obtener algo a cambio. Pero lo único que logran es empoderar cada vez más a su peor enemigo, tal y como lo revelan las encuestas recientes. Y entonces, después de eso, ¿nos convoca a pararnos a su lado?

Usted, Sr. Presidente, se fue quedando solo cuando decidió que la única forma de gobernar este país era de la mano de los intereses enquistados. De allí la alianza electoral con Elba Esther Gordillo y las constricciones para la Alianza por la Calidad de la Educación que eso entraña. De allí la convocatoria a Carlos Romero Deschamps a firmar el Acuerdo por la Seguridad, la Legalidad y la Justicia, con la contradicción sustancial que implica. De allí que usted haya hablado de la necesidad de combatir los monopolios a lo largo de su primer año y que ahora ni siquiera mencione el tema. De allí que durante la campaña presidencial le haya sacado tarjeta roja a Mario Marín y ahora esa tarjeta se encuentre archivada bajo llave. Usted pensó que para poder mantener la paz social había que someterse a los dictados de todos los que dicen asegurarla. La paradoja es que esa estrategia ahora se le revierte. Usted ha cedido tanto, conciliado tanto, coexistido tanto con los criminales y los impunes, que ya le tomaron la medida. Como no actuó con la firmeza necesaria ante ellos, ahora lo perciben débil. Ahora los maestros del SNTE toman carreteras, y el crimen organizado corta cabezas, y los taxistas del aeropuerto cobran lo que quieren, y los conductores de noticiarios le preguntan si va a terminar el sexenio. Y luego, después de eso, ¿promete "aplicar la fuerza del Estado" para protegernos?

Usted, Sr. Presidente, está solo porque no logró entender que el poder corrompe, pero que la ausencia de poder también lo hace. Y a usted le ha faltado ejercicio de poder para limpiar, sacudir, cambiar, escuchar a una cuidadanía ansiosa de verlo gobernar en su nombre y no a la medida de los mismos de siempre. Usted le ha apostado a la alianza con los defensores del statu quo en vez de voltear a ver a los que deseábamos cambiarlo. Ahora nos pide nuestra ayuda, pero, por favor, entienda nuestro escepticismo. El apoyo ciudadano no es algo que se exige; es algo que se gana.